sábado, 16 de enero de 2010

YO ME MANTENGO

Dicen que aun me falta un pecado pero yo no puedo parame a pensar cuales tengo hechos y cual tengo por hacer. Ya es suficiente que mientras corro, recapacito sobre todo lo que me han dicho y quitando el hecho de que mi “Ipod” no funciona y me está fastidiando la carrerita, solo una frase no me cuadra en toda esta historia. “Que poco común la suerte de estos tiempos en que se puede pensar lo que se quiera y en el que se permite decir lo que se piensa”

De todas formas seguro que luego no la recuerdo y se queda junto con los libros de “aprende inglés en tan solo 450 cómodos pasos”. Ahora intento no pensar en nada solo seguir corriendo y meneando los brazos como si fuera un rapero encima de un escenario.

Quiero ponerme a salvo de tanta locura, de tanta exageración verbal. Causada muy y más que probablemente por un obstáculo insalvable en cualquier relación desde que el hombre es hombre, la vergüenza. Hace ya días que no intento comprender lo que me rodea, me basta con conocerlo y aceptarlo de la mejor forma posible y es que estamos tan locos por sentir algo lo que sea que seguimos jodiendonos los unos a los otros, corriendo a trompicones por sentirnos vivos. Encarcelados sin saberlo por leyes impuestas en occidente desde que le hombre tiene que mandar al hombre y hoy, en pleno siglo XXI la era de internet, el de la clase media, el año del mono y la época de la globalización es donde nos ha tocado vivir y es cierto que no estuvimos en mayo del 68 ni paramos tanques en Tiananmen, tampoco estuvimos en el verano del amor escuchando "be sure to wear flowers in your hair" pero merecemos nuestro sitio, seremos pocos y cobardes pero ya cambiaremos, de los errores se aprende y por eso los lápices tienen goma de borrar. Algún día despertaremos y veremos que lo exiguo de nuestra personalidad no es escusa para seguir en la cuneta.

Con todo lo dicho, empezaremos la primera lección. No existe la clase media, es una creación política, un eufemismo, somos clase obrera, yo tu y cualquiera que trabaje por un sueldo mediocre para poder pagarse su sustento.

Segunda lección, bueno eso te lo dejo a ti, pero corre, corre hasta que no sientas tu cuerpo por el cansancio.

1 comentario:

  1. Supongo que algún día nos cruzaremos, tú corriendo para no sentir el cuerpo por el cansancio, y yo pedaleando hasta que el cansancio no me deje pensar.

    Pero pensando.

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